Distrito 4

Estoy en mi habitación reccogiendo y doblando la ropa para salir. Cuando Peeta me abraza por la espalda  y me da un beso por la mejilla. ´´Peeta ahora no´´ le digo -No, y cuando- me dice mientras me acerca más hacia él.- Pues cuando sea el momento- añado mientras me doy la vuelta para terminar de doblar una camiseta.
Ya tengo todo listo, ropa para el frío y para el calor con la que pueda pasar desapercibida. De todas formas voy a revisar si hay algo en el armario que me pueda llevar. Y hay ,claro que hay, escondido puedo distingir mi arco. Lo cojo y limpio con las manos el polvo causado por el tiempo que llevaba alli dentro, de repente veo algo brillar. Cuando veo que es el pinsajo. Si Katniss ha vuelto deberá llevar su simbolo. pienso mientras me lo pongo en la chaqueta. Llevo una trenza, un arco y el pinsajo en mi chaqueta y sé que estoy lista para enfrentar lo que se venga, por muy doloroso que sea.
Effie está estresada, estamos todos esperando por Finnick y Annie que se están despidiendo de su hijo.
-Pero si luego lo van a ver tenemos un viaje por delante- exclama asaltada.
-Ya estamos, ya estamos- dice Annie mientras bajan corriendo. Les puedo ver unas lágrimas en los ojos, puede que no lo vean más.
Salimos. El viaje se me pasa rápido, es un tren. Al llegar alli algunos parecen sorprendidos al vernos pero otros no, se ve que no somos los primeros en llegar.
-Bueno y que hacemos- pregunta Cinna.Quiso venir en cuanto se lo contamos.
-Dejar a su hijo con su madre- indica Clove- Vamos.
El hospital no está lejos pero al llegar me acuerdo de Prim y me quedo parada.
- Que haces ahi, ven- me avisa Gale.
-Sí, sí ya voy- digo saliendome del sueño ese.
-Bueno por fin llegasteis, ya iba siendo hora- dice una voz familiar.
Cuando me giro puedo verlo, los ojos de los que están conmigo algunos son de miedo y otros, sobre todo otro, de alegria. Los mios no sabría decirlo, al menos no estamos en la arena y está vez somos del mismo equipo. Estoy hablando del profesional del 2, al que tiré a los mutos, al duro que no tenía reparos en matar. Cato.